Redbull no mata tinto

By Giovanni Clavijo Castillo
Dos RedBull más y estaría en un centro de rehabilitación tomando unas cortas vacaciones. Cuatro pisos (sin la terraza), Miss Peggy contra el calentamiento global, tres esbirros danzando con el padre Eva, una jaula agrietada por un krauze sentimental, doscientos exiliados quemados por el sol. El día comienza.

Giorno con sabor a matanza, sembrado de foxy ladies improvisando himnos no aprendidos; giorno sembrado de promesas incumplidas (costumbre incorregible de algunos George Clooney locales); giorno perdido. Sembrado y perdido:
10 am, pan con queso y tinto. 4 pm, pan con queso, sin queso. Un Red Bull, Cenicienta (que los párpados se mueren). 6 pm, que descanse, el que te entienda (7 minutos de regalo).
REPETIR UNA Y OTRA VEZ
 

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